Una virgen para el billonario

Él quiere entrar en mi falda. Y yo quiero un bebéQuiero un bebé, lo deseo. Pero no hay un Sr. Perfecto a la vista y estoy cansada de esperar que llegue alguien. Así que decido que voy a tener un bebé por mi cuenta.Luego conozco a Jett en una fiesta. Alto, moreno y apuesto, es exactamente mi tipo. Cuando el galán deja claro que solo está interesado en mi cuerpo, yo no me ofendo en lo más mínimo.Sonrojada, le pido que sea mi donante de esperma y que lo haga a la antigua. Él dice que sí siempre y cuando acepte sus términos.Eso significa piel con piel, labios con labios, él...

Me cansé de Jameson. Es el final. Se acabó. Él terminó conmigo, usando como excusa su amistad con mi hermano mayor. Así que me lavé mis manos de él. Descorazonada, intento seguir con mi vida. Pero claro, Jameson no puede hacerme las cosas tan fáciles. Aún sigue habitando mi espacio cada vez que puede, tentándome con sus ojos conmovedores y su astuta sonrisa. Recuerdo muy bien cómo se sentía estar entre sus brazos, bajo su enorme cuerpo, gritando su nombre. Simplemente no me lo puedo quitar de encima. Cada paso que doy lejos de él parece atraernos más, aunque ya hayamos pasado...

Il fut un temps où je ne savais pas ce que je désirais… C’est alors que j’ai rencontré Marie, la nounou de ma nièce. Dans sa manière de parler et d’agir, elle n’avait rien d’une innocente. En un battement de cœur, l’écart entre nos deux âges n’a plus eu d’importance. Alors oui, je suis un peu plus vieux qu’elle. Ça veut simplement dire que je sais comment m’occuper d’elle, comme un vrai mâle. Marie est magnifique, elle est intelligente et elle m’a bien fait comprendre que je l’intéressais… Il est temps de la faire mienne. Ce livre est une histoire...

Aquellos que son asesinados en la carretera, a la entrada del pueblo minero de Desesperación, son los más afortunados, porque para los que sobrevivan y crucen el cartel de bienvenida, Desesperación se convertirá en el escenario de sus más angustiantes pesadillas... En la interestatal 50, en el desértico y solitario tramo que atraviesa Nevada, un gato muerto ensartado en un cartel da la bienvenida al pequeño pueblo minero de Desesperación. Allí, un policía local poseído por un perverso ser se ha erigido en autoridad suprema y sanguinaria, y elige sus víctimas entre los escasos...

Muchos motivos, pero ¿Quién es el asesino? Charlotte ha encontrado su lugar en el apacible pueblo de Kingfisher Falls. Trabajar con Rosie en la librería es una alegría, así como su creciente amistad. Si tan solo el jefe de policía Sid Browne dejara sus asperezas contra el hijo de Rosie, Trev, a un lado, entonces la vida sería perfecta. Pero la repentina muerte de una mujer, miembro del club de lectura, mete a Charlotte en el centro de la investigación. ¿Fue un accidente? o ¿ocurrió algo más siniestro? Una serie de mensajes crípticos profundiza en el misterio de quien sabe qué....

Amar y ser amada es lo que toda mujer... desea. Lo que toda mujer... ansía. Y con lo que toda mujer... sueña. Pero ¿qué pasa cuando el sueño se desvanece, eres consciente de que tu vida es pura mentira y encima vas rayando los techos allí por donde pasas? Te pongo en situación. Silvia, Rosa y Elisa no han tenido demasiada suerte en el amor. Por diferentes circunstancias, las tres han acabado rompiendo sus supuestamente felices vidas matrimoniales y han adoptado el estado civil de solteras o divorciadas. Y también está Venecia. Soltera y sin hijos, tanto la vida de sus amigas como su...

Una novela sobre los últimos años del gran Napoleón Bonaparte. Beatriz Rivas nos lleva a Santa Helena, la morada definitiva de Napoleón Bonaparte. No es difícil acompañar en el exilio al hombre de Estado, al patriota, al general y estadista. Desterrado y virtualmente prisionero en la isla de Santa Helena, Napoleón Bonaparte dicta todas las mañanas sus memorias, consciente de que las manipula de acuerdo con la imagen de gloria que desea legar a la posteridad. El viejo guerrero no tiene otra ocupación valiosa hasta que miss Betsy Balcombe toca a su puerta; a partir de entonces no le...