La caricia del vikingo

Sería una esposa muy combativa... Lara Ottarsdotter era una muchacha pelirroja con mucho genio. Su habilidad para el manejo de la espada había ahuyentado a muchos pretendientes. Un día, el guerrero vikingo Finn Egilsson llegó buscando venganza para un enemigo común, y el padre de Lara, en su desesperación, le ofreció barcos y hombres de apoyo a cambio de que hiciera a Lara su esposa. Finn no tenía ganas de pasar otra vez por el matrimonio, pero su esquiva novia encendió toda su pasión con un solo beso. Por su valor, estaba claro que Lara nunca iba a rendirse en la batalla, pero muy...

Ángela es una chica que disfruta cuando viaja en su descapotable escuchando música electrónica a todo volumen, tiene una vida llena de comodidades, un hijo pequeño, un marido, un buen trabajo y una vida exitosa, pero no es oro todo lo que reluce, y se verá obligada a elegir entre quedarse en el presente o en un pasado en La Toscana, tú serás quien decidas su destino.Este libro es corto e intenso, te emocionará, te pondrá en ciertas tesituras que te harán replantearte, si lo que éticamente es correcto, es lo que verdaderamente quieres.¿Qué pasaría si con tus conocimientos te...

Toda crisis trae una oportunidad. O varias. Depende de la persona y la situación. Frente a ti hay 9 historias con distintas formas de ver la vida. Algunos aprovechan la crisis para obtener ventajas económicas o profesionales, otros se redescubren a sí mismos, y hay otros más que simplemente se dejan llevar por la situación y aprovechan el tiempo que se les ha “otorgado”. Un perro que disfruta como nunca la compañía de su dueña. Un ejército que se niega a darse por vencido ante un enemigo a todas luces invencible. Una mujer que tiene una extrañísima charla con el diablo. Un...

La historia se narra de Egipto en Los años sesenta hasta nuestra día a través la vida de una mujer científica que se llama Eva.

Cuando era niño tuve una espantosa pesadilla. Soñé que sostenía en mis brazos las cabezas cortadas de mi hermano y hermana menores. Estaban inmóviles, mudos; los ojos abiertos no dejaban de pestañear, las mejillas teñidas de rojo. Yo estaba tan horrorizad