Infierno grande (Ed. Conmemorativa)

Guillermo Martínez es un destacado escritor y matemático argentino nacido el 29 de febrero de 1962 en la ciudad de Bahía Blanca, Argentina. Es conocido por su obra literaria, que abarca géneros como la novela, el ensayo y la poesía, y que ha sido aclamada tanto en su país natal como en el ámbito internacional. Su formación académica en matemáticas ha influido notablemente en su escritura, en la que a menudo se entrelazan conceptos matemáticos con narrativas literarias.

Martínez comenzó su carrera literaria en los años 90, y rápidamente se estableció como una voz prominente dentro de la literatura argentina contemporánea. Su primera novela relevante, La ecuación de la vida, publicada en 1999, muestra su interés por la intersección entre literatura y matemáticas, una temática que continuaría explorando en sus obras posteriores. La novela recibió elogios por su originalidad y fue un reflejo de su capacidad para integrar elementos científicos en sus narrativas.

En 2003, Martínez publicó Los crímenes de Oxford, una novela de misterio que combina la lógica matemática con elementos de thriller y que se convirtió en un éxito internacional. La obra fue traducida a varios idiomas y adaptada al cine en 2008, lo que contribuyó a aumentar su popularidad. La historia sigue a un joven estudiante que se involucra en una serie de asesinatos ocurridos en la prestigiosa universidad de Oxford. La novela no solo atrajo a los amantes del misterio, sino que también capturó la atención de aquellos interesados en la matemática y su relación con el arte.

A lo largo de su carrera, Guillermo Martínez ha escrito numerosas obras, incluyendo ensayos y cuentos. Su estilo se caracteriza por la claridad en la prosa y una profunda reflexión sobre la condición humana. En La mujer que sabía demasiado, Martínez examina la noción de conocimiento y mentira en las relaciones humanas, mientras que en El miedo explora el impacto del miedo en la vida cotidiana de las personas. Cada una de estas obras refleja su habilidad para tratar temas complejos con una profundidad literaria que invita a la reflexión.

Además de su labor como escritor, Guillermo Martínez ha sido un apasionado defensor de la literatura y la educación. Ha participado en conferencias y talleres literarios en diversas instituciones, así como en programas de divulgación científica. Su compromiso con la difusión del conocimiento se evidencia en sus obras, que buscan estimular la curiosidad del lector y fomentar un pensamiento crítico.

En su obra, Martínez también ha abordado temas como la identidad, la memoria y el tiempo, proporcionando un espacio para la introspección y el análisis profundo. La trama de sus novelas a menudo incluye personajes que se enfrentan a dilemas existenciales, haciéndolos reflexionar sobre sus propias vidas y decisiones.

En consecuencia, Guillermo Martínez se ha consolidado como una figura clave en la literatura argentina contemporánea. Su capacidad para entrelazar disciplinas aparentemente dispares, como la literatura y la matemática, ha enriquecido el panorama literario y ha dejado una huella indeleble en sus lectores. A través de su trabajo, ha demostrado que la literatura puede ser un vehículo para explorar no solo la ficción, sino también la realidad, la ciencia y la verdad.

En resumen, la obra de Guillermo Martínez es un testimonio de la riqueza de la literatura argentina y de su potencial para desafiar las convenciones. Su influencia sigue siendo relevante, y su legado literario continúa inspirando a nuevas generaciones de escritores y lectores en todo el mundo.

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En 1895 estrena Dicenta Juan Jose, una obra que se desarrolla en un ambiente proletario. Este clima no podia menos de chocar con el teatro imperante de Echegaray. Aunque es un teatro social no hay en esta obra demagogia ni maniqueismo y si una singular frescura en la trama y en el lenguaje.

"La vecina nos ha invitado a una pequeña fiesta en su casa pero prefiere que mi hija de seis meses no vaya. Nada personal, es solo que no soporta la idea de que llore. Y mi marido está de acuerdo. Después de todo, dice, es la casa de al lado. El plan que me propone es que nos llevemos el monitor infantil y nos turnemos para ir a verla cada media hora. La niña duerme la última vez que voy a verla. Pero ahora la casa me parece excesivamente tranquila, así que subo tan rápido como puedo las escaleras hasta que confirmo que mi peor pesadilla se ha hecho realidad: ¡mi hija ha desaparecido! ...

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En un día de enero del año 1838, un hombre curtido por el tiempo caminaba por la desolada carretera que lleva a Fort Cumberland, en la isla de Portsea. El sol acababa de ponerse, unas pocas nubes rosadas aliviaban el gris apagado del cielo invernal, y un viento del sudeste agitaba las aguas del Canal de la Mancha. Pero Jonás Marbeck, con su áspero abrigo de piloto, estaba bien protegido contra el frío, y no le importaba la brisa aguda que silbaba su conocida melodía en sus oídos. Era un hombre de cincuenta años, hábil y de complexión fuerte, con el pelo negro y unos ojos grises...