Entre Trago y Trago

Julián Ibáñez es un destacado autor y escritor español, conocido por su versatilidad y capacidad para explorar diferentes géneros literarios. Nacido en 1948, en la ciudad de Bilbao, su trayectoria literaria se ha caracterizado por una búsqueda constante de innovación y por una profunda reflexión sobre la condición humana.

A lo largo de su carrera, Ibáñez ha escrito numerosas obras que abarcan desde la narrativa hasta la poesía, pasando por ensayos y relatos cortos. Su estilo se distingue por una prosa ágil y reflexiva, que invita al lector a sumergirse en mundos complejos y a confrontar pensamientos profundos sobre la vida y la existencia.

Una de las características más notables de su obra es la exploración de temas como la identidad, la memoria y el paso del tiempo. A través de sus personajes, Ibáñez invita a los lectores a cuestionarse sobre sus propias vidas y experiencias, creando así un fuerte vínculo emocional entre el lector y el texto.

Además de su labor como autor, Julián Ibáñez también ha ejercido como profesor de literatura, compartiendo su pasión por la escritura y la lectura con nuevas generaciones de escritores. Su compromiso con la educación y la difusión de la literatura ha dejado una huella significativa en el ámbito cultural español.

• Obras destacadas:
  • La trama de la vida
  • Relatos de la memoria
  • Versos en la penumbra

A lo largo de su carrera, Julián Ibáñez ha recibido diversos premios y reconocimientos por su contribución a la literatura, consolidándose como una figura influyente en el panorama literario español contemporáneo.

Hoy en día, su legado se sigue sintiendo en el ámbito literario, donde jóvenes escritores encuentran en su obra una fuente de inspiración y un modelo a seguir. Julián Ibáñez continúa escribiendo, desafiando las convenciones literarias y explorando nuevas narrativas que reflejan la complejidad del mundo actual.

Levanté la lona. En el fondo de mis ojos se proyectó el bulto borroso de un cuerpo de mujer. Retrocedí, pero sin dejar caer la lona. Me pesó la mano que sostenía el mechero. Camisa de franela a cuadros verdes y rojos, vaqueros. La coleta desaparecía por su hombro derecho y reaparecía a la altura del codo. Ninguna herida a la vista. Tez de yeso, mate, pero con un pequeño brillo en los ojos no cerrados del todo, en las ranuras aparecía un destello diminuto y lejano que sólo podía ser el reflejo de la llama del mechero. La boca entreabierta, los incisivos de un blanco más limpio que...

Un policía del Grupo de Localización de Fugitivos sube a un tren nocturno de Alicante a Bilbao. Sigue a una muchacha de 20 años de aire inocente. En Bilbao, el seguimiento continúa si que ni siquiera el policía sepa las razones por las que le han encargado hacerse cargo de un caso de tan poca importancia, al menos aparentemente. Durante los días siguientes, la Ertzainza se inmiscuirá en el seguimiento, ?ofreciendo? ayuda al agente; la Guardia Civil, por su lado, también tomará cartas en el asunto; ETA hará acto de presencia; y todo se complicará sobremanera cuando finalmente se...

"Un marero no se tumba aunque le aticen con todo, no se va a quejar aunque le rompan el alma, ni reconoce más ley que La Vida Loca." En la oscuridad, entre la selva, acecha un racimo de rostros con lágrimas tatuadas en las mejillas. Esperan el paso del tren de carga. Es el infierno que se lleva dentro. Es la furia irracional, inhumana, sórdida. Es la Mara Salvatrucha a punto de saltar sobre los indocumentados que acaban de cruzar la frontera rumbo a la tierra prometida que imaginan en el paraíso capitalista del norte. l gran fenómeno de las migraciones, su violencia y degradación, es el ...

Sasha Harvard había regresado a la pequeña ciudad de Ohio porque Hailey Riddle, un fantasma, la había llevado allí. Sasha había estado hablando con los muertos desde que tenía memoria. Al trabajar con la policía, Sasha había estado en el campo, ayudando a buscar el espíritu de Melinda cuando Melinda Havard la encontró. Melinda le dijo que eran hermanas y el hombre que la había matado pensó que ella era Sasha. Melinda hizo lo mejor que pudo para dar a luz al niño que llevaba antes de sucumbir a sus heridas. La niña estaba marcada como Sasha, y los muertos la encontrarían cuando...

Me llamo Brian Hatcher y lo quiero todo. Quiero el control del club de moteros que dirige mi padre, quiero ver enterrado al asesino de mi amigo David y, más que ninguna otra cosa, quiero a Lisa, la hermana de David. Quiero a Lisa detrás de mí en la moto, en mi cama y bajo el hechizo de mi frío ardiente. No me importa que Lisa recele del papel que jugaron los Tornados de Hierro en la muerte de David ni que su objetivo, largo tiempo acariciado, sea trabajar de fiscal. No dejaré que sus deseos se interpongan en mi camino. Al final, yo siempre consigo lo que quiero.

Masao y Tamiko comparten un tierno e inocente amor que los une de una forma muy especial. Su única falta es la diferencia de edad que los separa, circunstancia que será determinante para que la familia de Masao no vea con buenos ojos la relación que sin remedio va gestándose entre ellos. La mutua complicidad y el cariño incondicional que se profesan no serán suficientes ante la presión familiar, que sellará los destinos de su juventud y de sus vidas de manera trágica.