Antología de narrativa peruana contemporáne

¡Estaba a las órdenes de un multimillonario griego! Cuando Constantine Karantinos se enteró de que tenía un heredero, hizo todo lo que estaba en sus manos para reclamarlo. Apenas recordaba haberse acostado con Laura, al fin y al cabo no era más que una insignificante camarera...Quizá volver a acostarse con ella le refrescara la memoria... Una vez en Grecia, resuelta a mantener su independencia como ama de llaves, durante el día Laura insistió en cocinar y limpiar. Sin embargo, por la noche Constantino le exigió cumplir con su deber en la cama.

Las novelas cuentan del amor, de las cosas bellas y eternas como el mismo mundo, mostrando sus hroes con sentimientos y emociones que siempre acompaan al ser humano. Cortas y psicolgicamente fuertes, ellas hacen reflexionar en los destinos trgicos de sus personajes, sentir emociones nuevas o revocar en su memoria sentimientos vividos y a veces ya olvidados... El lector puede aceptar o rechazar los acontecimientos descritos, pero tendr que reconocer, que en la vida real suceden cosas an ms inverosmiles. Lalas... a fin de cuentas, ellas no son ms que las Confidencias del Viento y de la Lluvia,...

Un hombre justifica su vida egoísta, zafia, y en ocasiones brutal, justo antes de su muerte. Con lucidez y mucha crudeza hace balance tratando de alcanzar la comprensión de su hija. El libro intenta responder a una vieja pregunta, si la persona es realmente dueña de su destino o si, por el contrario, se ve irremediablemente arrastrada por un nacimiento mezquino y una vida rodeada de vileza. Raúl Rubio actualiza la «leyenda negra» de la España rural, centrándose en la segunda mitad del siglo xx. Presentándonos, de una forma implacable, un mundo libre ya de caciques, más instruido,...

Fingir sin sucumbir... Soy Jen Brown, periodista y Miss Chica del montón, y te invito a compartir conmigo un proyecto de investigación para mi próximo artículo: ¿puede una chica corriente cazar a un millonario de Chelsea si tiene el aspecto adecuado? Ese look supuestamente descuidado y resultón no es cosa de dos minutos... Pero yo tengo un as en la manga con el que pasaré por una más en ese torbellino glamuroso de fiestas elegantes. Cuento con la ayuda de un auténtico millonario, el irresistible Alex Hammond, director de cine. Sus besos ardientes cuentan como ayuda, ¿no?