Promesas que unen
Territorio de Wyoming, 1868. Elizabeth haría cualquier cosa, absolutamente todo, por salvar la herencia que le ha dejado su padre, incluyendo el contraer matrimonio con Asa MacIntyre, un alto y atractivo pistolero de anchos hombros, caderas estrechas y ojos grises como la plata, que goza de una reputación implacable y al que le gusta acabar lo que empieza. Asa sueña con unas tierras que pueda llamar suyas, una esposa y el respeto que viene aparejado con todo ello. El hecho de casarse con Elizabeth puede haber comenzado como un mero medio para alcanzar sus fines, pero ni los sueños más...