LAS HIJAS DEL PILOTO
En un día de enero del año 1838, un hombre curtido por el tiempo caminaba por la desolada carretera que lleva a Fort Cumberland, en la isla de Portsea. El sol acababa de ponerse, unas pocas nubes rosadas aliviaban el gris apagado del cielo invernal, y un viento del sudeste agitaba las aguas del Canal de la Mancha. Pero Jonás Marbeck, con su áspero abrigo de piloto, estaba bien protegido contra el frío, y no le importaba la brisa aguda que silbaba su conocida melodía en sus oídos. Era un hombre de cincuenta años, hábil y de complexión fuerte, con el pelo negro y unos ojos grises...