Tratado de ateología

Dios no está muerto, o si lo estaba, ahora se encuentra en la plenitud de su renacimiento, tanto en Occidente como en Oriente. De aquí la urgencia, según Onfray, de un nuevo ateísmo, argumentado, sólido y militante; que se presente como una postura nueva y positiva respecto a la vida, la historia y el mundo. La ateología debe enunciar una crítica robusta contra los tres monoteísmos principales, presentar un rechazo a la existencia de lo trascendente y promover el interés por 'nuestro único bien verdadero - la vida terrena', el bienestar y la emancipación de los cuerpos y las mentes ...