Campos de Londres
El año, un fantasmagórico 1999. Podría ser el último otoño del planeta. Un calor anormal reseca la tierra, azotada por tormentas de polvo. Y cuando por fin llega la lluvia, no cesa hasta parecer un diluvio eterno. El clima político no es menos caótico y una crisis internacional se acerca a su punto de fisión. Este panorama apocalíptico constituye el más que adecuado telón de fondo para la terrible y divertida novela de uno de los más talentosos escritores británicos de nuestros días. Campos de Londres se inicia con una perfecta inversión del tópico: entre los detritos de...