No me comprendes. ¡Y tú a mí tampoco!

Sin duda, estamos preparados biológica y socialmente para comunicarnos y qué importante es comunicarnos, pero comunicarnos bien. Parece fácil decir lo que se piensa o se siente, pero qué frecuente es que se diga que NO se nos entiende o comprende. Esto nos hace ver qué sabrosa es la vida cuando nos comunicamos adecuadamente y qué insulsa sería esta sin emitir ni recibir información, afectos y sentimientos. ¡Qué insoportable soledad! ¿Cómo podríamos aprender a comunicarnos más y mejor? ¿Quién nos lo podría enseñar? ¿Qué valor tendría un buen libro para aprenderlo? Por...


























































